Protección de la piel
La Necesidad E Importancia Del Cuidado De La Piel Facial.
La respuesta a la pregunta de por qué se necesita el cuidado facial parece obvia. ¡Por supuesto, para retrasar la aparición de arrugas! Sin embargo, las arrugas están lejos de ser el único problema que nos impide mirarnos al espejo con placer. Acné, espinillas, poros dilatados, descamación ... Solo puedes evitar los "caprichos" de la piel brindándole el cuidado adecuado: entonces la grasa dejará de brillar y la seca no reaccionará tan bruscamente al lavarse con agua corriente del grifo.
Además, cuanto más envejecemos, más pensada debe ser la estrategia de salida. Por supuesto, nadie puede ganar la batalla con el tiempo, pero ¿quién se negaría a parecer cinco, diez o incluso veinte años más joven?
Reglas Básicas De Cuidado
Para que el cuidado de la piel facial en casa dé resultados visibles, es importante seguir ciertas reglas. ¿Dónde empezar?
Regularidad
Los excelentes estudiantes de belleza saben que el cuidado de la piel tiene un efecto acumulativo. En pocas palabras, no esperes una piel perfecta si ayer te untaron con cremas de una docena de frascos y hoy decidiste “tomarte un descanso”.
Secuencia
Los desmaquillantes se utilizan antes de la espuma limpiadora y la crema de noche después del sérum. Al mismo tiempo, se debe dar tiempo a cada remedio, de lo contrario, los componentes valiosos no tendrán tiempo para ser absorbidos.
Dos veces al día
Es necesario cuidar la piel de la cara dos veces al día, pero los asistentes de belleza para el cuidado en diferentes momentos del día difieren tanto en el propósito como en la composición. Por ejemplo, una crema de día hidrata y protege contra factores ambientales negativos (incluido el sol). Y el de noche suele estar destinado a la regeneración, la nutrición y la hidratación más profunda.
De acuerdo a las instrucciones
Asegúrese de leer las instrucciones en todos los frascos y botellas. Le dirán que los exfoliantes no se usan durante el período de inflamación aguda, y los restos de cosméticos de cuidado que no se han absorbido deben eliminarse cuidadosamente de la piel con un algodón limpio.
La piel es
uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y
el más extenso.
Se encarga de realizar varias funciones esenciales como
protegernos contra las infecciones. Actúa como una barrera
que nos protege del ambiente externo evitando que las sustancias y microbios penetren en nuestro interior.
Por ello debemos
cuidar de ella y mantenerla sana.
Son muchos los
retos a los que se enfrenta
nuestra piel en algunos ámbitos laborales, según la diversidad de actividades y de puestos de trabajo: personal sanitario,
de la limpieza, peluquerías, laboratorios, talleres mecánicos, carpinterías, horticultores, etc. Por ello, las
afecciones de la piel
representan el
grupo de enfermedades profesionales más frecuente, después de las lesiones de tipo osteomuscular.
Mantener la piel en buenas condiciones mientras trabaja
es vital
para evitar problemas a futuro. La dermatitis ocupacional puede convertirse en un problema grave,
que si no se trata o se previene a tiempo puede terminar desarrollando enfermedades crónicas en la piel.Existe un gran número de
agentes capaces de producir enfermedades dermatológicas (productos químicos, exposición al frío,
al calor o al sol, fricción continua con herramientas, contacto con hongos, virus o bacterias, etc.)Te facilitamos una serie de
medidas preventivas que te ayudarán a mantener tu piel suave, sana y a salvo:
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1-
Conocer la información exacta sobre las sustancias y los materiales que utilizas en el trabajo,
así como los riesgos que comportan. Saber las precauciones que debes adoptar
para evitar esos riesgos y cómo debes actuar en caso de contacto con la piel.
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2- Extremar el cuidado de la higiene personal.
La limpieza periódica de manos y de zonas de la piel expuestas a factores agresivos,
reducen el tiempo de contacto con el producto o material contaminante y
evitan su transporte a otros entornos: domicilio, medios de transporte… En muchos trabajos es necesaria una
ducha diaria en la empresa tras la jornada laboral.
Para ello son necesarias instalaciones sanitarias con duchas y lavamanos dotados de sistemas de abertura que no sean manuales.
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3- Limpiar correctamente la piel. Usar sólo la cantidad de jabón necesaria,
frotando a fondo, primero sin agua y luego con poca. Finalizar, enjuagando totalmente con abundante agua.
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4- Escoger el tipo adecuado de limpiador según la suciedad a la que estés expuesto.
Por lo general, el agua y el jabón son suficientes. Para la suciedad leve
lo ideal es un limpiador de pH neutro, sin disolventes y con menos de un 10% de tensioactivos; y para la
suciedad media o tenaz lo indicado será un detergente de pH ligeramente alcalino,
sin disolvente en el caso de que sean grasas, y con menos de un 30% de disolvente para la suciedad de colas y pinturas.
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5- Evitar los productos abrasivos para limpiar la piel:
serrín, arena o jabón en polvo, así como las pastillas de jabón porque se queda adherida la suciedad. Es mejor utilizar
limpiadores líquidos biodegradables.
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6- Usar las protecciones personales necesarias.
Prendas de protección cutánea (guantes botas, sombreros, mandiles, caretas, etc.) y/o productos protectores específicos (cremas o pomadas).
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7- Aplicar cremas protectoras sobre la piel limpia antes de iniciar cada trabajo y después de cada descanso,
especialmente en la zona de entre los dedos y en la base de las uñas. Pero no deben extenderse sobre pieles que sufran algún tipo de alteración,
ni tampoco si vas a llevar encima guantes de látex, ya que en ese caso pueden agravar el problema dermatológico.
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8- Usar los
guantes de látex sólo cuando sea necesario. Un uso indiscriminado o una exposición prolongada a este material,
puede ocasionar reacciones alérgicas o enfermedades en la piel. Es conveniente alternar con otros de distinto material.